El día a día que me atrapa…

El día a día me aturde…

El día a día me anestesia…

El día a día me enmudece…

El día a día me hace reír de alegría y llorar a veces de tristeza,

a veces de emoción y otras tantas de impotencia…

Estoy corriendo para llegar, no se a donde, no sé porque…

Es una necesidad visceral tal vez…tan sólo correr…

Es lo que quiero o es lo que me imponen…

Dejo de mirar el cielo…

Dejo de mirar y oler una flor…

Dejo de escuchar el canto de los pájaros...

Dejo de mirar a mí alrededor…

Dejo de plantar un árbol…

Dejo de nadar en un río…

Dejo de escuchar a un anciano…

Dejo de dormir pensando en lo poco o mucho que hice hoy

y lo que dejo para mañana…

Dejo de decir ¡Te Quiero!...

Dejo de dar un abrazo…

Dejo de ver crecer a mi hija…

Dejo de ver envejecer a mi madre…

Dejo de llamar a mis amigos…

para preguntarles simplemente  ¿Cómo están?

o simplemente para decirles que mi silencio

 no es por falta de cariño, que no los olvide…

Dejo de jugar con mi perro, que me obliga a soltar

unas carcajadas con sus locuras… porque no siente 

la necesidad de correr, tan sólo de vivir…

Estoy corriendo…no puedo…no tengo tiempo…

Estoy inmersa en esta carrera…sin tiempo…sin final.

Estoy corriendo para vencer y ser tal vez…

una buena mujer, 

una buena madre,

una buena hija,

una buena amante,

la mejor amiga, la mejor enemiga…

No alcanzo a comprender el porqué de este correr…

No alcanzo a comprender esto ni muchas otras cosas…

Sólo sé que no puedo parar de correr…

No puedo parar...

No puedo...

No...